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Masificación y diversificación: los desafíos para consolidar el avance de los medios de pago electrónicos

Con el aumento del uso de tarjetas de crédito, débito y prepago durante la pandemia, hoy los retos apuntan a incorporar a más comercios al ecosistema y profundizar la preferencia de los usuarios por los medios de pago electrónicos, junto con generar un cambio cultural que haga definitivos estos cambios.

“Nos encontramos a las puertas de un conjunto de disrupciones que harán mutar al actual ecosistema de pagos a uno más adaptado a las necesidades y capacidades que demanda el siglo XXI: una red de pagos inmediatos y universales. Y todo ello antes de 2030”. Estas son parte de las conclusiones que arrojó el XI Informe de Tendencias de Medios de Pago de Minsait Payments sobre el actual horizonte de los medios de pago.

Estamos en un momento de tránsito acelerado hacia el desarrollo de capacidades plenas en el mundo físico y digital, dimensiones en las que los pagos son cada vez más rápidos, fáciles de usar y cómodos. Este escenario, se vio acelerado producto de la pandemia, ya que incrementó las ventas online y respondió a la falta de efectivo que se vivió tras la llegada del Covid-19. De hecho, datos de Transbank revelan que las ventas con tarjetas de crédito, débito y prepago en canales presenciales y online se incrementaron un 41% el año pasado en comparación con 2020, y que en paralelo los canales a distancia crecieron cerca de un 40% y representaron el 30% del total de las ventas efectuadas mediante esos medios de pago. Y en esto, la transformación digital ha sido clave.

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“La crisis sanitaria fue un catalizador del desarrollo tecnológico y el uso de la tecnología digital para las pequeñas y medianas empresas (Pymes)”, explican desde Corfo. Durante ese período, “la digitalización y el aporte de la tecnología fueron categorizados como ‘infraestructura resiliente’, es decir aquella alternativa concreta para la continuidad operacional y la coordinación del capital humano”, detallan desde la corporación liderada por José Miguel Benavente.

En esa línea, la edición 2021 del Índice de Transformación Digital (ITD), que realizó Corfo junto a la Cámara de Comercio de Santiago y la consultora PMG, mostró un avance en la adopción de nuevas tecnologías, siendo el e-commerce el área con mejor desempeño. Este estudio reveló un alza de 16 puntos, pasando de un 39% a un 55% las empresas que afirman estar utilizando herramientas de este tipo.

Según el informe de Minsait Payments, las transacciones con dispositivos móviles, billeteras o agregadores y aplicaciones de pago entre particulares experimentaron un crecimiento generalizado el año pasado en comparación a 2020. Sin embargo, todavía no se transforman en el medio de pago principal, con la excepción de las apps de pago entre particulares en Brasil, Colombia, Perú y Portugal. Chile, tras un incremento de 10,9 puntos porcentuales en el uso de las billeteras y agregadores, es el país que utiliza los pagos a través de dispositivos móviles en forma más pareja: un 31% de los consultados utilizó las billeteras y agregadores durante el último mes y un 37% hizo uso de las apps de pago entre particulares.

El gerente general de Transbank, Patricio Santelices, afirma que “nuestro país cuenta con las tecnologías disponibles y competencia para tener un sistema de pagos a la vanguardia y a la altura de mercados desarrollados, en los que más del 60% de los pagos se hace por medios electrónicos, como en Brasil. En Chile esta cifra alcanza el 45% y todavía tenemos muchas oportunidades para seguir avanzando”. No obstante, señala, aún existen desafíos en materia de inclusión digital. “Hay cerca de 600.000 comercios que no aceptan pagos electrónicos y están en una clara desventaja en relación a los que sí lo hacen”, asegura.

A juicio del presidente de ChilePay y socio de Barros & Errázuriz, Sergio Eguiguren, todavía falta mucho por avanzar para considerar este nuevo escenario como un cambio cultural. Destaca que, si bien hay un enorme crecimiento de las ventas online, “un tema diferente es que los comercios y los consumidores conozcan los beneficios de los medios de pago electrónicos y otro es que los adopten en sus negocios y actividades”.

El ejecutivo sostiene que “para que los medios de pago digitales evolucionen de manera positiva, se necesita avanzar en tres elementos: la implementación de nuevas tecnologías, la existencia de una regulación que permita a los incumbentes desarrollarse e implementar soluciones atractivas, y la confianza de parte del comercio y los consumidores”.

Futuro de la red de pagos

El gerente general de Fundación País Digital, Fernando Sánchez, detalla que si hace un par de años la digitalización de los pagos era incipiente, “a partir de la pandemia se volvió obligación para cualquier empresa tener en cuenta la revisión de las conductas de sus clientes en la forma de comprar digitalmente, la adopción de herramientas tecnológicas y posibles cambios en su modelo de negocios”.

Es más, según el informe de Minsait Payments, la nueva cadena de valor de los pagos aspira a crecer basada en los datos y en las capacidades preventivas, predictivas y prescriptivas de la Inteligencia Artificial, así como en los pagos invisibles y la integración (pagos incrustados). “El Internet de las Cosas y el Open Banking supondrán avances en la oferta de soluciones Seamless y omnicanal a los usuarios, con los consecuentes nuevos modelos de negocio en torno a nuevos casos de uso”, señala.

Pero eso no es todo. “El ecosistema de pagos crece en dimensión y participantes, se reproduce, y es muy posible que nos encontremos a las puertas de un conjunto de disrupciones, muchas de ellas promovidas por las autoridades, que lo hagan mutar a un ecosistema más adaptado a las necesidades y capacidades que demanda el siglo XXI. Una red de pagos moderna y universal”, arroja el estudio. Una metamorfosis que se produciría antes de 2030 y que tendría como base dos innovaciones que ya se están gestando: las monedas digitales de bancos centrales y la modernización de los sistemas de pagos transfronterizos.