El ex gerente de emprendimiento de Corfo y actual director de proyectos de la incubadora y aceleradora Socialab, Tadashi Takaoka, fue designado recientemente como uno de los nuevos directores de Metro de Santiago, para promover la innovación en la visión y estrategia de la empresa de transporte. Con una larga carrera en innovación y emprendimiento, aquí comparte algunas claves que deben guiar los primeros pasos de un emprendedor. En todas, la educación financiera es la base.

Por Airam Fernández
Según la Sexta Encuesta de Microemprendimiento del Ministerio de Economía, después de la falta de clientes, la falta de financiamiento es la causa que más limita el crecimiento de los emprendimientos en Chile. Entre sus resultados, destacan que el 72,6% de los encuestados reportó que nunca ha recibido una capacitación para la actividad económica que desarrolla y que el 77,7% financia los gastos del negocio con los ingresos del mismo. Este último, en particular, es uno de los errores que más caro pagan los emprendedores y que con mayor frecuencia observa Tadashi Takaoka, director de proyectos de Socialab y recién designado director de Metro.
Con una larga trayectoria en el mundo de la innovación y del emprendimiento desde distintos frentes, como Corfo o Start-Up Chile, o el Banco Interamericano de Desarrollo, Takaoka dice que la respuesta para cada una de estas problemáticas es casi siempre la misma: baja educación financiera, en un país donde el 70% de sus habitantes no entiende cómo calcular una tasa de interés simple y en el que el desempeño de la alfabetización económica está por debajo de los países latinoamericanos, y muy lejos del promedio de la OCDE.
Pero aclara que no es porque la data no exista ni esté a la mano de las personas, porque “información financiera para educarse hay demasiada e incluso gratuita”. El primer problema -dice- es cómo partir y, después, qué hacer con eso. “Una cosa es entender qué es una tasa simple o una compuesta, o por qué usar la tarjeta de crédito puede ser más caro que otro tipo de instrumento, y otra es la negociación uno a uno con un banco, por ejemplo, donde hay que demostrar cierto aprendizaje para poder identificar si la tasa que te están dando es buena o mala en tiempo real. Esa puede ser la parte más dura y un obstáculo para un emprendedor que no entiende de finanzas personales”, señala.

Son muchos los consejos que existen para que un emprendedor se desarrolle y crezca, pero Tadashi Takaoka los resume en cinco, siendo la educación financiera el fundamental:
- Ir de lo personal a lo general. Si el emprendedor está partiendo debe tener claro cuántos meses de vida puede estar sin recibir un sueldo. “Debe existir un plan muy ordenado al respecto, no solo por un tema financiero, sino de salud mental”, afirma. Recomienda plantearse de seis meses a un año para intentarlo, lo que requiere “ser bien prolijos en medir cuánto es el gasto mensual del hogar y ver si es que se puede ‘apretar el cinturón’ en algo, porque es muy raro crear un negocio y que venda inmediatamente”. En este punto -agrega-, también hay que tener claro que si entra dinero extra hay que reinvertirlo.
- Tener metas financieras claras. Aunque este es el escenario ideal, Takaoka reconoce que es difícil lograrlo en el ecosistema de las start ups. “Cuando empiezas en este mundo, muchas veces no sabes a lo que vas a llegar, pero sí debieras tener nociones más o menos claras de cuánta plata necesitas para operar”, indica. Es clave definir cuántos recursos se necesitan para hacer una primera versión del producto y testear el mercado. Un error común es pensar que el producto tiene que estar terminado para lanzarlo, pero lo que se requiere es la capacidad de hacer ejercicios más pequeños para validarlo en el mercado, ya que eso “abre nuevas puertas de financiamiento”.
- Poder acceder a financiamiento depende también de la naturaleza del negocio. “Un crédito siempre va a ser más barato que levantar capital, porque tiene una tasa de interés definida. En cambio, si levantas capital y el acuerdo con un inversionista es darle el 10% de la empresa, nunca sabrás si eso al final serán US$ 100 mil o US$ 1 millón, o US$ 10 millones”, ejemplifica. Asimismo, hay que evaluar qué tipo de crédito es el más adecuado, y para entenderlo hay que tener una idea de cómo serán los flujos a futuro.
- Tener reglas claras al acceder a financiamiento. “Cuando se trata de fondos de inversión o redes de ángeles, no solo estamos hablando de plata, sino de participación y de cuánta propiedad de la empresa estás entregando. Para eso es clave conocer muy bien los términos y condiciones, porque pueden establecer si el inversionista tiene decisión sobre la empresa, si se sienta en el directorio, si tiene el poder de sacar al gerente general -que probablemente es uno de los fundadores- y si es que se gana dinero, cuándo hay que repartirlo”, destaca el ejecutivo.
- Entender el concepto de costo-oportunidad es vital. “Obviamente, emprender tiene mucho de sueños, de creer en uno mismo y de confiar en que tu idea será rentable en el largo plazo. Pero si fallas una y otra vez, quizás te conviene entender que serías mejor empleado que emprendedor”, advierte. Y aunque los tres primeros años de todo emprendimiento son “durísimos”, lo que viene después no siempre es mejor: “Cuando los negocios están en ese momento deberían evaluar si es mejor salir del mercado y ayudar a sus empleados a volver a emplearse, o saltar a otro emprendimiento, lo que también es una decisión financiera respecto al costo-oportunidad”.
Otro aspecto importante es diversificar los medios de pago. Con el incremento del 41% de las ventas con tarjetas de crédito, débito y prepago en canales presenciales y online durante 2021, según datos de Transbank, pueden surgir dudas en los emprendedores acerca de cuál medio de pago es más conveniente usar o por qué. Para Takaoka, en el ecosistema puede haber aprensión, porque antes la competencia era baja. “Eso ya no es así, pero todavía queda algo de esa noción”, señala. Y añade que la aparición de nuevos actores y nuevas oportunidades y soluciones, como POS inteligentes que se conectan al teléfono y se venden en lugar de arrendarse, o pagos con códigos QR, pueden potenciar a cualquier negocio pequeño o mediano.
“Una pyme tiene que considerar no solo la inversión en dinero, sino de tiempo, para poder dejar funcionar el sistema. También, tiene que considerar las comisiones de venta, la estabilidad de la plataforma, la calidad del servicio y la recepción internacional, para saber con certeza, por ejemplo, qué tanto se puede recibir en pagos desde el extranjero”, puntualiza. Luego, vienen consideraciones como las posibilidades de estudiar el comportamiento de pago del cliente, lo que puede ayudar a crear ciertos mecanismos de fidelización.
“Son muchas las oportunidades que estas tecnologías están abriendo a los emprendedores”, finaliza Tadashi Takaoka.